jueves, 1 de octubre de 2015

Descubrir

Descubrí, una vez más, las cubiertas de mi descanso. Cubrían las nubes el cielo, y me descubrían ebrio de sobriedad, descubrí en un pequeño rincón al pequeño que arrinconaban en el colegio, y me descubrió que los cubiertos con que se defendía se habían ido cubriendo de gloria.

He descubierto que no soy sino el encubridor de mis miedos, que cubro de sobra mis propias expectativas descubiertas ahora a todo cuanto me rodea.

Descubro las sábanas que cubren mi cama un nuevo día, un nuevo descubrimiento que no asombra a nadie, salvo a mi propia sombra merodeando por la resbaladiza cubierta...

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