jueves, 11 de febrero de 2016

Cerdos bípedos

Ha vuelto a pasar. Otro día más, lo he visto al entrar al servicio del trabajo. Algún gorrino bípedo ha dejado flotando el muñeco tras arrastrarlo por la loza.

Parece mentira, trabajando en una oficina seria y formal, con gente que lleva zapatos y camisa, algunos hasta traje y corbata, todos muy elegantes y profesionales, que sea algo habitual. Entrar al baño y dudar si estás en un garito, comprobar que conceptos como "cisterna" o "escobilla" son ajenos para algunos de mis compañeros. No digo ya que no se laven las manos, que tampoco lo hacen, pero como falta de respeto, es de las mejores.

Luego yo me preocupo por no venir con pantalón corto en verano, o mal peinado, porque resulta que lo de dejar los ñordos en la taza, o escupir un gargajo verde en el lavabo, es menos grave.

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