jueves, 10 de marzo de 2016

Para mi madre

Gracias. Sólo puedo darte las gracias, por traerme y educarme, por acompañarme mientras crecía y caía, por aconsejarme siempre lo que creías lo mejor para mi, por todos esos momentos de amor y ternura que hemos compartido, por todos esos abrazos de consuelo.

Gracias por sacrificar tu juventud para sacarnos adelante, por perderte tantos momentos tratando de darnos algo mejor. Pues no podía haber tenido nada mejor que tú, mamá. Que llegabas de trabajar y me ayudabas con los deberes del colegio, que renunciabas a un montón de cosas para que no nos faltase nada, que siempre tenías una sonrisa sobre el cansancio y la tristeza.

Gracias por estar siempre ahí, no por desconfianza, si no por prevención, por si acaso. Nunca podré darte lo suficiente las gracias, por todo. Por curarme las heridas que me hacía en las rodillas o en el corazón, por animarme a seguir adelante y perseguir sueños que no siempre te gustaban. Por hacerme, más que un hombre hecho y derecho, una persona respetuosa y responsable, por educarme en el cariño de la familia.

Gracias por perdonarme cuando me he equivocado, por animarme cuando he fallado, o por consolarme cuando me he sentido abandonado. Gracias por las charlas y conversaciones, por las lecturas y libros que hemos compartido, por las películas y series comentadas. Gracias por darme un hogar confortable, por la calidez de nuestros ratos juntos.

Gracias, mamá. Te quiero.

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