martes, 14 de abril de 2020

Soy afortunado

Sí, últimamente le doy vueltas al tema de la suerte que tengo. Sigo teniendo mis cosas marroneras de siempre dando vueltas por la cabeza, pero con el tema de la pandemia de Covid-19, me termino sintiendo afortunado. Quizás por eso escribo poco últimamente en el blog, más allá de ir actualizando la entrada de turno con el listado de películas y demás.

Sigo manteniendo mi puesto de trabajo, pero en remoto, que es algo que siempre me ha gustado. La posibilidad de administrar sistemas, cómodamente desde mi casa, es algo que valoro mucho. Sobretodo cuando día sí, día también, me entero de amigas y conocidas que se quedan sin ingresos por un ERTE, o por un despido encubierto, o por no poder mantener su trabajo como autónoma. En mi caso, tampoco tengo menores a mi cargo.

El caso de los peques, es otro tema. Encerrados en casa, teniendo que mantener más o menos el ritmo de carga de tareas del cole o instituto. Sin poder estar con sus colegas, sin poder salir al parque a correr. Recuerdo cuando se quejaban los padres y madres de que sus hijos e hijas se pasaban el día pegados a las pantallas. Ahora alucinan con todo el material que tienen que descargarse, con la cantidad ingente de deberes que tienen que aguantar, y del poco tiempo real que les queda para jugar. A mi entender, es la forma más efectiva de transmitir conocimientos: hacer divertido el proceso de aprendizaje.

Ahora me alegro de vivir en un pueblito, en una casa con un patio en el que puedo sentir el aire y el sol. Puedo asomarme a la ventana y seguir viendo los pinares en los montes, hacia el sur. Ver los amaneceres y atardeceres escuchando diferentes trinos de pájaros. Puedo pasar minutos viendo cómo los buitres planean, subiendo cada vez más alto en espirales hasta perderlos de vista, incluso usando unos prismáticos. Y me alegro de poder compartir estos días con Neni, que se vino conmigo justo el fin de semana que se decretó el estado de alarma. Podemos jugar por las tardes, cuando termino de trabajar, y aunque casi siempre gana ella a la escoba o al Rummikub, vamos probando otros juegos de los que tengo por casa y que, por una cosa o por otra, estaban incluso sin abrir.

La única preocupación que tengo, supongo que la tiene todo el mundo. Que el coronavirus afecte directamente a algún ser querido. Particularmente, a mi abuela, que es la que más riesgo tiene dentro de a familia. También mi madre, por supuesto, o mi hermana y sobrinxs. No puedo evitar que la idea me ronde, intento que se quede el menor tiempo posible, pero ahí vuelve de vez en cuando... Que muera y no pueda siquiera haberle dado el último achuchón. Sentir de nuevo ése abrazo, ésa vuelta a la infancia, a la protectora ternura de escucharte el corazón y sentirme a salvo de todo.

Espero, sinceramente, que esto se supere pronto con el menor número de pérdidas humanas posible. Que no afecte directamente a nadie que conozcáis, independientemente de cómo nos llevemos en persona, o de que siquiera os conozca. No le deseo a nadie la pérdida de alguien cercano, sin la posibilidad siquiera de velarle.

Que sea leve, chavalada, y mucho ánimo.

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