viernes, 28 de mayo de 2010

Letras

No, no voy a matricularme en una carrera de letras, pero aprovechando la feria del libro, el aumento de horas de lectura que dedico diariamente, y el horóscopo que me daba el 20Minutos (me incitaba a escribir "algo"), aquí está la nueva entrega de la bitácora de lxs que no tienen nada mejor que hacer.
La letras, decía, son la representación de sonidos, pero para modificarlos. No se puede describir sin mentir. Ulises, de Joyce, pretende describir un día, y son un cojón... digo, cajón de tomos. Supongan la cantidad de cosas que se quedan en el tintero. Supongan que, cuando describen algo, lo describen desde un punto de vista (generalmente el de cada cuál), y por muy objetivos que pretendamos ser, nunca podríamos conseguirlo.
En periodismo prima la descripción antes que la opinión (al menos en el del s. XIX), en filosofía nada es lo que parece, y al reflexionar se dan cuenta que aunque lo entiendan no pueden escribirlo tal como es. En informática, nos pasamos el día con un teclado y apenas escribimos algo decente (mail y cadenas aparte).
Las letras, ése barrio bohemio de Madrid, esos signos que se enlazan formando palabras, ésas pequeñas sentencias de muerte económica que firman la mayoría de seres humanos para conseguir algo material a cambio (una casa, un coche, un TV de plasma de 42 pulgadas)...
Los letrados, esos señores que saben de leyes, pero no de justicia e injusticias. La letra, con sangre entra. Letras de canciones. Letras infantiles...

¡¡Cuidado!! ¡Está letras de ti! <- (chiste malísimo)

Os dejo unas letras para despedirme por hoy, forman el conejo... digo, el consejo de la entrada: no digan pedante, digan Sánchez-Dragó.
Y ahora, sigan pedaleando

Archivo de la bitácora