jueves, 12 de noviembre de 2015

Brotes y cortezas

Brotes y cortezas, a eso se reduce todo. Brotamos del enramado materno, nos va nutriendo mientras nos sostiene, hasta que tenemos nuestra propia corteza que nos proteja y ayude a mantenernos firmes.

Brotes de diferentes tipos como diferentes tipos de personas pululan por el mundo. Algunos se convertirán en flores que darán su fruto: nuevas semillas que germinarán en el futuro; otros serán catalogados de mala hierba por nacer al ras del suelo y tener que competir con demasiados semejantes.

Cortezas también hay para elegir, suaves asperezas, rugosas tersuras, retorcidas o rectas... Fortalecen el corazón de quien las porta, protegen de inclemencias y depredadores, ayudan a alzar la copa y continuar con vida. Tantos usos y es lo primero que se descarta tan a menudo para llegar al interior (salvo si eres un alcornoque, en cuyo caso será lo más valioso que puedas ofrecer).

Brotes de ideas nuevas, inquietudes y contactos. Brotes que nos permitan ofrecer refugio a alas fatigadas o a suaves garras. Brotes de crecimiento, de cambios y orientaciones, brotes que nos acercan al cielo y nos oxigenan.

Cortezas de ropa, diseñada para proteger de las inclemencias y diferenciarnos de otros, tactos diferentes para cortezas artificiales. Cortezas de certezas, implantadas para proteger de las influencias y separarnos de otros, textos distintos para cerebros industriales. Adivinad cuál es más fácil de cambiar.

Cortezas y brotes, brotes o cortezas. No es necesario elegir, llevamos lo mejor de ambos, lo importante es mantenerse en pie, seguir brotando sin necesidad de que nuestra corteza aumente su grosor, sin necesidad de convertirnos en maleza ni perder de vista nuestras raíces.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Sombras

Sigo buscando una sombra en la que estar, aunque sea invierno y haga frío. Será la introvertida costumbre del pasado, cuando pasaba la mayor parte del día en mi habitación. ¿Es posible percibir dónde está el error y, aún y así, ser incapaz de remediarlo definitivamente? No es fácil cambiarse las costumbres, modificar un comportamiento que moldea en cierta forma el carácter propio, voluntariamente.

Sombras arbóreas, danzando sus copas sobre el suelo. Fugaces sombras aladas, apenas perceptibles en las fatigadas y aceleradas mentes humanas. Sombras coloridas sobre el gris industrial del asfalto. Sombras saltarinas de objetos fijos corretean bajo cualquier luz. Sombras de figuras estáticas iluminan oscuros y líquidos rincones interiores.

Sombreros siempre asombrados por sombrear semblantes sombríos...

A todas luces, las sombras siguen siendo ilusiones, quimeras y utopías inalcanzables, justo al final del tacto, justo al principio de nuestro exterior.

Vayan por la sombra.

martes, 10 de noviembre de 2015

A veces (I)

A veces escribo cosas, a veces pintarrajeo un papel, a veces tengo ideas y a veces las pongo en práctica.

Algunas veces he visto peces sacando sus heces.

A veces estar callado no quiere decir no tener nada que decir, ésas veces puede que no merezca la pena la audiencia, o puede que sean veces en que el silencio es lo más escandaloso que puedes ofrecer.

A veces descubres personas donde sólo había gente, personas que se vuelven importantes, a veces sin siquiera pretenderlo, y otras veces poniendo un esfuerzo inesperado.

A veces son las personas las que se tornan gente, se diluyen en la multitud porque la mayoría de las veces los caminos se bifurcan y separan.

A veces un vacío puede llenar por completo una vida, a veces una vida se completa vaciándose en otra, a veces daría la vida por poder darme por vencido, y a veces desmerezco mi vida vencida.

A veces, seremos derrotados, pero a veces... ¡Venceremos!

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